sábado, 11 de julio de 2009

Libro de la Mitología Guaraní


Génesis

Capítulo I

En el que se da noticia de la figura de Tupã y de la forma en que inicia la creación.

Iluminado por su propia luz, Tupã, en medio de las tinieblas primigenias, pensativo, busca la manera de crear la luz. Su rostro es grave, mas en su mirada un destello azabache habla del encuentro inminente con la creación.

Su cuerpo de coloso, antes reposado, comienza a tensar cada uno de sus músculos con un rayo de luz. Viste una túnica que cae, fresca, sobre su cuerpo divino al que la luz de su alma le ha otorgado el dorado color de las futuras mieses.

Tupã se levanta, atrae hacia sí lo más oscuro de esas tinieblas y condensa la esencia entre sus manos. Sus pies, levemente separados, se apoyan con firmeza en la oscuridad. Su mirada se proyecta con rectitud hacia lo que vendrá, sostenida por el firme eje de la nariz, recta y soberbia.

Tupã extiende sus manos hacia el infinito, las abre, y de ellas, el resplandor nace con la fuerza de los futuros huracanes inundándolo todo.

Tupã ha construido su morada para la eternidad. Ha creado la luz que le era propia, y ahora los astros brillan al pasar, bailan descubriendo sus encantos. Ahora, Tupã se deleita en la contemplación.